domingo, 11 de mayo de 2014

MI PRIMERA CLASE



He realizado las prácticas del Máster en la asignatura de Educación Plástica y Visual en 1º y 3 ESO y en 1º y 2º de Bachillerato. Los grupos en los que más me gustó impartir clase fue en los de la ESO, ya que los alumnos son mucho más participativos y puedes hacer diferentes actividades. En Bachillerato todas las clases son de Dibujo Técnico y muy enfocadas al examen de Selectividad.

En algunas clases de Plástica coincidía con otra chica que también estaba de prácticas. La primera clase que dimos solas fue una actividad que había preparado mi compañera para su Unidad Didáctica del Prácticum y yo la ayudé en todo lo que pude.


La práctica propuesta era hacer taburetes con cartón y, si salían bien, los llevarían a Educación Infantil para que los usasen los niños. La actividad motivó mucho a los alumnos porque sentían que iban a hacer algo “real” y que iba a tener un uso más tarde, pues no era una simple lámina.
Primero construimos unas maquetas de papel para que los chicos viesen el resultado final de los taburetes. Las maquetas quedaron bastante bien y cuando empezamos con la construcción de los taburetes de cartón les dijimos que tenían que calcar las piezas con mucho cuidado y atendiendo a todos los detalles porque a la hora de encajar las piezas, si había errores, iba a ser muy complicada la construcción del taburete.

Algunos alumnos se tomaban en serio la actividad pero otros…eran un desastre. En algunos grupos teníamos que estar todo el rato encima de ellos porque algunos alumnos intentaban escaquearse y dejarles todo el trabajo a sus compañeros, otros alumnos intentaban calcar las piezas lo más rápido posible para acabar cuanto antes y lo único que conseguían era tener que repetir las piezas porque no eran iguales…

Nos fuimos pasando por las mesas para ver las piezas y nos dimos cuenta de que ¡todas las piezas eran diferentes! ¿Cómo podían ser las piezas de un mismo grupo diferentes si las había calcado a partir de la misma plantilla? Al final, algunos grupos nos confesaron que para tardar menos habían calcado el resto de las piezas a partir de las piezas de cartón y no de la plantilla (que sólo tenían una). Así que fueron pasando el error de una pieza a otra y el resultado fue que obtuvieron tres piezas desiguales entre sí.

El último día destinado a la actividad los alumnos intentaron montar los taburetes pero las piezas no encajaban bien y los taburetes quedaban un poco cojos e irregulares. El principal problema fue que al dibujar mal las piezas, el plano sobre el que debería pegar una pieza sobre la otra, no era un plano sino dos y las piezas encajaban mal.

Al forzar las piezas para pegarlas entre sí vimos que se creaba una arruga en el cartón, así que decidimos cortar las piezas por esa arruga y así crear un solo plano para que las piezas encajasen mejor. La idea funcionó y, por fin, conseguimos construir todos los taburetes.

Después de esperar unos días para que los taburetes se pegasen clase les dijimos que tenían que escoger un representante de cada grupo para probar los taburetes. Al principio tenían miedo de caerse y nadie quería probarlo pero, finalmente, se sentaron en ellos y, al ver que aguantaban sin romperse, algunos se atrevieron a ponerse de pie encima de ellos.


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