He realizado las prácticas del Máster en la asignatura de
Educación Plástica y Visual en 1º y 3 ESO y en 1º y 2º de Bachillerato. Los
grupos en los que más me gustó impartir clase fue en los de la ESO, ya que los
alumnos son mucho más participativos y puedes hacer diferentes actividades. En
Bachillerato todas las clases son de Dibujo Técnico y muy enfocadas al examen
de Selectividad.
En algunas clases de Plástica coincidía con otra chica que
también estaba de prácticas. La primera clase que dimos solas fue una actividad
que había preparado mi compañera para su Unidad Didáctica del Prácticum y yo la
ayudé en todo lo que pude.
La práctica propuesta era hacer taburetes con cartón y, si
salían bien, los llevarían a Educación Infantil para que los usasen los niños.
La actividad motivó mucho a los alumnos porque sentían que iban a hacer algo “real”
y que iba a tener un uso más tarde, pues no era una simple lámina.
Primero construimos unas maquetas de papel para que los
chicos viesen el resultado final de los taburetes. Las maquetas quedaron
bastante bien y cuando empezamos con la construcción de los taburetes de cartón
les dijimos que tenían que
calcar las piezas con mucho cuidado y atendiendo a todos los detalles porque a
la hora de encajar las piezas, si había errores, iba a ser muy complicada la
construcción del taburete.
Algunos alumnos se tomaban
en serio la actividad pero otros…eran un desastre. En algunos grupos teníamos
que estar todo el rato encima de ellos porque algunos alumnos intentaban
escaquearse y dejarles todo el trabajo a sus compañeros, otros alumnos
intentaban calcar las piezas lo más rápido posible para acabar cuanto antes y
lo único que conseguían era tener que repetir las piezas porque no eran
iguales…
Nos fuimos pasando por las
mesas para ver las piezas y nos dimos cuenta de que ¡todas las piezas eran
diferentes! ¿Cómo podían ser las piezas de un mismo grupo diferentes si las
había calcado a partir de la misma plantilla? Al final, algunos grupos nos
confesaron que para tardar menos habían calcado el resto de las piezas a partir
de las piezas de cartón y no de la plantilla (que sólo tenían una). Así que
fueron pasando el error de una pieza a otra y el resultado fue que obtuvieron
tres piezas desiguales entre sí.
El último día destinado a la
actividad los alumnos intentaron montar los taburetes pero las piezas no
encajaban bien y los taburetes quedaban un poco cojos e irregulares. El
principal problema fue que al dibujar mal las piezas, el plano sobre el que
debería pegar una pieza sobre la otra, no era un plano sino dos y las piezas
encajaban mal.
Al forzar las piezas para
pegarlas entre sí vimos que se creaba una arruga en el cartón, así que
decidimos cortar las piezas por esa arruga y así crear un solo plano para que
las piezas encajasen mejor. La idea funcionó y, por fin, conseguimos construir
todos los taburetes.
Después de esperar unos días
para que los taburetes se pegasen clase les dijimos que tenían que escoger un
representante de cada grupo para probar los taburetes. Al principio tenían
miedo de caerse y nadie quería probarlo pero, finalmente, se sentaron en ellos
y, al ver que aguantaban sin romperse, algunos se atrevieron a ponerse de pie
encima de ellos.
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