Hace años, existían en Italia las
escuelas de vida, pequeñas comunidades pedagógicas donde enseñaban a los niños
competencias sociales para aprender a desenvolverse en el mundo. Esta vertiente
fue desarrollada por la Doctora María Montessori.
“La Metodología Montessori comenzó en Italia y es tanto un método como una
filosofía de la educación. Fue desarrollada por la Doctora María Montessori, a
partir de sus experiencias con niños en riesgo social. Basó sus ideas en el
respeto hacia los niños y en su impresionante capacidad de aprender. Los
consideraba como la esperanza de la humanidad, por lo que dándoles la
oportunidad de utilizar la libertad a partir de los primeros años de
desarrollo, el niño llegaría a ser un adulto con capacidad de hacer frente a
los problemas de la vida, incluyendo los más grandes de todos, la guerra y la
paz”.
Se ha creado una página web en
español http://www.metodomontessori.es/
sobre este método.
Una de las preguntas que debemos
cuestionarnos en el mundo de la educación, es si un niño debe aprender
contenidos por el mero hecho de saber más, o debe adquirir las competencias
para saber desenvolverse en el mundo utilizando los recursos de los que
dispone.
Como ejemplo cabría destacar la dificultad que tienen algunos jóvenes en
utilizar el transporte público para moverse por los alrededores de la ciudad.
Si siempre les han llevado en coche, y no les han dado la oportunidad de buscar
alternativas y la necesidad de apañárselas para llegar a un sitio concreto con
el transporte público, nunca aprenderán. El saber resolver integrales y
derivadas y no saber ir desde Astillero a Santander en transporte público es
algo para cuestionarse. ¿De qué sirve resolver raíces cuadradas si no sé
emplearlo en el mundo que me rodea para facilitármelo…?
Para aprender algo,
interiorizarlo y saber utilizarlo como herramienta, es necesario interactuar
con ello. Un claro ejemplo son los Museos de Ciencias. En el Museo de Historia
Natural, de Londres (http://www.nhm.ac.uk/),
los objetos están expuestos y lo único que tiene que hacer el visitante es mirarlos.
Museo de Ciencias Naturales de Londres
Sin embargo, en los museos construidos
en el último medio siglo, se basan en hacer cosas. No son museos estáticos,
sino que son innovadores, son espacios para interactuar con la Ciencia (exposiciones
temporales de la Caixa de Barcelona). La principal diferencia entre ambos son los audiovisuales, los ordenadores, las experiencias
por descubrir. Suelen tener pequeños talleres en los que te dejan hacer cosas o incluso pequeños experimentos para poder
comprender los conocimientos que intentan trasmitir. Este avance en los museos, debería
trasladarse a las aulas. Para que, mediante talleres escolares, el alumno haga
cosas para descubrir y aprender y el papel del profesor sea el de orientar el
trabajo y supervisarlo.
Trasladando este mismo concepto a
otros ámbitos, como es el de la lectura, podríamos cuestionarnos si es
fundamental escribir bien y sin faltas de ortografía ya que hoy en día casi
nadie escribe a mano y todos empleamos un ordenador o incluso un móvil. Si bien
es cierto que escribiendo se adquieren un tipo de efectos secundarios
positivos, como mayor psicomotricidad en
las manos, éste no es el objetivo principal de la escritura, sino escribir sin
faltas de ortografía. Por tanto se debería cuestionar este hecho y plantearse
el reto de desarrollar ese tipo de efectos secundarios con otras actividades
que persigan como objetivo principal desarrollarlas competencias básicas.
Estos nuevos retos se han
producido por el desarrollo de las nuevas tecnologías. Pero si bien es cierto
que un ordenador te ayuda a escribir sin ortografía, y con buena caligrafía,
éste no sabe escribir con sentido, con lo cual , los esfuerzos del profesor
deberían estar enfocados a enseñar a los alumnos la destreza de escribir bien y
organizado.
Trasladando estas competencias a
la asignatura de Matemáticas, Pisa dice que saber matemáticas es saber resolver
problemas del mundo real con calculadora, por tanto, saber calcular deja de ser
algo fundamental, convirtiéndose en prioritario saber resolver problemas del
mundo sin hacer hincapié en el cálculo, ya que se pueden emplear herramientas de
cálculo que solucionan ecuaciones complejas, pero no existen herramientas para
resolver problemas del mundo real, con lo cual éste debe ser uno de los
objetivos de la asignatura de matemáticas, así como la capacidad de ser crítico
con la solución que se obtiene de un problema y dedicar tiempo a saber qué pasos
hay que seguir para resolver el problema, dejando de lado el cálculo que puede
ser resuelto con una simple calculadora, al alcance de todo el mundo.
Todos estos aspectos son
cuestionados por Wolfram, que intenta vender un producto, un sistema informático
de cálculo, en el que a través de una web (https://www.wolframalpha.com/), se
resuelven problemas complejos de matemáticas, de manera que simplificando el
trabajo de varios años de los profesores de matemáticas de instituto.
La pregunta es la siguiente,
¿Debemos plantearnos el reto de modificar la educación “clásica” por una nueva
basada en la consecución de las competencias para facilitarnos la adaptación al
mundo científico y a la sociedad?
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