No sé qué os parecerá pero, he
decidido que para darle un toque original al resumen de la segunda hora de la
clase de ayer, lo voy a hacer en forma de cuento (basado en hechos reales):
Carles y su amor por las
matemáticas
Érase una vez un profesor de matemáticas
que se llamaba Carles Lladó Casablancas y que profesaba su amor hacia ellas
innovando para que todo el mundo pudiese apreciarlas como él lo hacía.
A Carles le fascinaban las
matemáticas, ya que era consciente de lo importantísimas que eran para descubrir
los numerosos misterios que nos inquietan en la vida: saber cuánto miden las
cosas, como está hecha nuestra casa, como está hecho el bizcocho del desayuno,
que probabilidad teníamos de sacar lo preciosos ojos azules de la tía abuela
Emilia…está claro que solo con matemáticas no podríamos descubrir tantas cosas
pero estudiándolas junto con otras ciencias sí.
Además Carles creía en otra forma
de enseñar orientada a que los alumnos pudiesen resolver problemas de la vida
cotidiana y que llegarán a ver las matemáticas como una asignatura cercana,
interesante y necesaria, cosa que parecía una tarea imposible pero Carles sabía
que podía conseguirlo.
Para la consecución de su propósito
se puso manos a la obra, en un principio comenzó enseñándolas de forma
práctica, un ejemplo para estudiar la semejanza de triángulos era salir a la
calle a medir cosas triangulares, pero esta forma no daba los resultados que él
esperaba. Después de seguir investigando, se dio cuenta de que la mejor forma
de enseñar las matemáticas sería relacionándolas con la ciencia.
El conocía a la perfección que las
matemáticas son una herramienta fundamental en campos de la ciencia como la física,
la química, la ingeniería, la biología...,y que estas no se podrían explicar sin
el conocimiento de las matemáticas.
Entonces Carles pensó que se
deberían unir ciencias y matemáticas para que lo impartiese un único profesor, pero
se encontró con el más temido monstruo del progreso: el sistema. Se planteaban diversos
problemas: administrativos (en las oposiciones, en la universidad están las
materias perfectamente diferenciadas), los conocimientos de los profesores (podría
darse el caso que no supieran lo suficiente de ciencias o de matemáticas dependiendo
de su especialidad), los alumnos (deberían saber trabajar en grupo, y el método
de evaluación también convendría que dejase de ser convencional).
Aun siendo consciente de las
dificultades, el amor de Carles por las
matemáticas y su empeño porque todo el mundo llegará a amarlas como el, le
llevo a desarrollar técnicas y actividades para cumplir su objetivo.
Las actividades consistían en
relacionar diversos temas de las matemáticas con otros científicos, por
ejemplo:
- - La explicación de la estadística, se podía hacer
a través de la genética. Haciendo recapacitar a sus alumnos sobre las
probabilidades que tenían de heredar determinadas características tanto físicas
como de carácter de sus familiares. La práctica además promovía la comunicación
de los alumnos con sus respectivas familias.
- - La explicación de las funciones, se podía hacer
a través de la elasticidad. A través de la utilización de la Ley de Hooke.
Además permitía explicar un hecho histórico relevante como es la invención del
reloj de muelles, que surgió como alternativa al reloj de péndulo ya que este
no podía ser utilizado en los barcos. La necesidad de un reloj en el barco se
debía a que esa era la única forma que tenían en el siglo XVII de conocer su
posición, ya que esta venía dada por la hora a la que salía el sol.
Todo esto suponía una gran innovación
en la forma de dar clase y Carles en su empeño de motivar a los alumnos en el
estudio de las matemáticas consiguió que un instituto se comprometiese con la
causa y pusiera en marcha su iniciativa.
Las cosas funcionaban bien, los
alumnos aprendían más y mejor y a todos les gustaban las matemáticas, tanto que
alguno trato de hacer la carrera de Matemáticas…pero cuál fue su sorpresa cuando
vio que las matemáticas se convertían en eso tan horrible de lo que había oído hablar
y no quería creer. Para algunos profesores no tan entusiastas de las
matemáticas tanto trabajo extra suponía un desatino y Carles tuvo que observar
como su proyecto se desvanecía. Aun así no perdió la esperanza y continúo
su aventura matemática científica pero esta vez en la escuela de adultos.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Moraleja: La innovación en las aulas es estupenda hasta que
se topa con el sistema.
De todas formas hay que
aprovechar estas iniciativas para aplicarlas, y no rendirse ante la adversidad.
Lo importante es saber cómo, y en que asignatura puede encajar.
José Antonio nos dejó unos
ejemplos de su cosecha, y vimos cómo responden los alumnos de su clase de
investigación a algunos ejercicios.
Uno de los ejercicios consistía en
que el alumno hiciese el manual de instrucciones de un transportador, otros
basados en el tema de las sombras, en el que los alumnos tenían que saber cómo
serían las sombras a determinadas horas del día.
Pudimos observar que este tipo de
ejercicios no solo eran útiles para el aprendizaje de los alumnos sino que
además nos permitían ver los distintos niveles entre los propios alumnos y a
reflexionar sobre su aprendizaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario