miércoles, 30 de abril de 2014

clase para hoy

Un pequeño repaso sobre las actividades prácticas:

Como hemos visto todos estos días en el IES.



Prácticas en el laboratorio como pequeñas investigaciones.

También podemos hablar de los problemas:

Los problemas del balconing:
Palma de Mallorca.- En lo que va de año casi una treintena de personas se precipitaron desde los hoteles de Baleares y cuatro de ellas murieron en estas caídas, que incluyen la práctica conocida como "balconing": el dolor de cabeza veraniego para el sector turístico.

Y por último los conceptos teóricos.


Al final a nuestros alumnos les van a pedir pruebas del tipo:

Pruebas PISA liberadas de ciencias.

Pruebas PISA liberadas de matemáticas.

Y además vamos a tratar de obtener una mejoría en los indicadores objetivos de la educación.

Las recomendaciones sobre como organizar las clases y las unidades didácticas las podemos encontrar en este interesante documento.

Y como resumen final en este otro.

Aunque hay muchas resistencias en la prensa escrita y en nuestros claustros de profesores.

Al final podemos encontrar sin embargo buenos ejemplos:

Unidad de matemáticas.

Ejemplos de química

Tema de fuerzas.

1º de Bachillerato.

o en mis páginas web:

https://sites.google.com/site/fisicayquimica3pielagos/

https://sites.google.com/site/pielagosfq4/home

https://sites.google.com/site/1fisicayquimicadepielagosato/

https://sites.google.com/site/fisicapalacios/


Como recomendación final este artículo "preparar las clases".  Aunque es recomendable todo el número de la revista.




domingo, 27 de abril de 2014

Propuesta Recurso TIC. Elena






Mi propuesta de recurso TIC: es un lenguaje de programación llamado Scratch. Permite crear historias interactivas, juegos y animaciones y compartir sus creaciones con otras personas en la Web. Es un software libre y principalmente esta diseñado para que el alumnado aprenda a programar, realizando todo tipo de animaciones, usando diferentes imágenes, etc.

Las características más importantes de Scratch son:
-         -  Está basado en bloques gráficos y la interfaz que tiene es muy sencilla e intuitiva.
-          - Tiene un entorno colaborativo mediante el cual se pueden compartir proyectos, scripts y personajes en la web.
-         -  La programación en Scratch se realiza mediante la unión de bloques que pueden ser eventos, movimientos de gráficos y sonidos.
-         -  Los programas pueden ser ejecutados directamente sobre el navegador de Internet.



En realidad puede ser útil para todas las asignaturas ya que se pueden realizar infinitos tipos de animaciones.

Resumen primera hora 16 de Abril. Dan Meyer: Las clases de matemáticas necesitan un cambio de imagen

En la última clase comenzamos viendo y comentando un video en el que Dan Meyer explicaba su visión de por qué las clases de matemáticas necesitan un cambio de imagen.

Nos hace recapacitar sobre la forma en que se imparten las clases hoy en día. Seguramente haya gente esforzándose por cambiarlo y hayan optado por métodos semejantes al que nos muestra Dan Meyer, pero la realidad es que la gran mayoría utiliza el método del “mínimo esfuerzo”.  Lo denomino así porque lo más fácil es llegar al aula, explicar los contenidos, y después realizar problemas sencillos, en los que a los alumnos se les da prácticamente todo hecho y únicamente tienen que aplicar una fórmula.

Dan Meyer nos expone el problema con las clases de matemáticas pero desde mi punto de vista se puede extrapolar a todas las asignaturas. También puedo hablar desde la experiencia, porque en las prácticas del Master (que están siendo tremendamente enriquecedoras a todos los niveles) he conocido a futuros profesores de Historia y Lengua castellana que comentan lo mismo que nos explica Dan Meyer pero desde el punto de vista de estas asignaturas.

En definitiva, que no se promueve que el alumno piense por sí mismo, que participe en clase, que tenga espíritu crítico, que pueda aplicar esos conocimientos en su vida cotidiana, etc. convirtiendo las clases en algo aburrido que hacer por obligación, y lo que es peor creando “seres alienados”. Personas que buscan una solución fácil a los problemas, desmotivados, cuya autoestima no es elevada y que podrían aportar mucho pero no les dejamos.

Los problemas a los que las personas nos enfrentamos a lo largo de nuestra vida no son siempre sencillos, es necesario recapacitar, saber analizar las situaciones, intentar entenderlos desde distintas perspectivas, etc.  De esta reflexión surge la pregunta: ¿qué es lo que realmente queremos que aprenda el alumnado? Contenidos vacíos que se le olvidarán justo después de hacer el examen o por el contrario queremos que aprendan a enfrentarse a cualquier problema desde el razonamiento y la madurez.

Está claro que para conseguir esto último debemos cambiar el proceso enseñanza-aprendizaje. Dan Mayer nos propone varios ejemplos y nos enseña las pautas de cómo hacerlo:

- Utilizando videos y recursos TIC que nos faciliten la visualización de los problemas y los contenidos (En este blog se han colgado un montón de recursos estupendos para utilizar en tecnología, física y química de software libre)
- Fomentando  la intuición del estudiante, para favorecer la igualdad de condiciones. La utilización de los recursos facilita en autoaprendizaje.
- Realizando preguntas lo más cortas posible, dejar que las preguntas específicas surjan del debate.
- Dejando que los estudiantes “construyan” el enunciado. Reduciendo el problema a la esencia y razonar junto con los alumnos el resto de variables que permitirían resolverlo.
- Ayudándoles menos, fomentar el razonamiento, la construcción de su propio conocimiento.
Además nos recuerda que en los tiempos que vivimos nos podemos apoyar en las nuevas tecnologías, usar videos, etc.


Lo expuesto por Dan Meyer en este video está muy ligado a la metodología constructivista, la cual desde mi punto de vista es la mejor para renovar el proceso enseñanza-aprendizaje. Este planteamiento metodológico permite garantizar la funcionalidad del aprendizaje, y se caracteriza principalmente por lo siguiente:
    - El alumno es el protagonista del proceso enseñanza-aprendizaje. El docente será cercano tratando de conocer al alumnado, sus nombres, sus características personales, su situación personal, etc.
    - El profesor tiene que actuar como elemento orientador y motivador, para canalizar las actividades de aprendizaje. Así se potencia la actividad constructiva del alumno, basándose en el trabajo personal, ya sea individual o en grupo.
      - El aprendizaje estará ligado a la solución de problemas reales de la vida cotidiana del alumno. Fomentando que el aprendizaje resulte atractivo y de utilidad para el alumnado.
      - El aprendizaje se realizará mayormente a través de la práctica.
     -  El alumno se convierte en motor de su propio proceso de aprendizaje al modificar él mismo sus esquemas de conocimiento. El profesor ejerce el papel de guía, se  preocupa por estimular al alumnado para que expresen sus ideas, experiencias, y sentimientos, trabajen en grupos, investiguen, hagan preguntas, razonen, analicen, etc., es decir, que aprendan a aprender, que es lo verdaderamente importante.
  - El profesor promoverá la autocorrección del alumnado, invitándoles a deducir, analizar, comparar, etc. facilitando que ellos mismos encuentren las respuestas a sus preguntas.
     - El profesor elevará la autoestima del alumno, le motivará elogiando  el trabajo bien hecho, promoviendo la confianza en sí mismo y en sus capacidades.
     -  Aplicación de metodologías de trabajo grupal, promoviendo el aprendizaje cooperativo. 



-   En conclusión la aplicación del constructivismo en el aula mejoraría enormemente el proceso enseñanza aprendizaje, fomentando en el alumnado el espíritu crítico, la autoestima, etc. en definitiva, mejores recursos para enfrentarse a la vida y desarrollarse como personas. 

jueves, 24 de abril de 2014

Resumen de la clase. Larissa Módica. 16 Abril


 En realidad, esto no es así, una U.D. es un esquema que debería servir para poder introducir una serie de conceptos que sean funcionales para desarrollar unas competencias básicas y debería tener un principio un desarrollo y un final que sean claros. Para poder conseguir esto habría que temporalizar de una forma racional nuestras unidades didácticas. Una forma aconsejable de temporalizarlas seria considerar cuales son las cuestiones que en ella se quieren abordar, considerar que siempre hay que tener una sesión introductoria y un cierre con evaluación (y por lo tanto no se pueden desarrollar unidades didácticas en dos periodos lectivos).

Una vez decididos los tiempos (o por lo menos el tiempo que queremos/podemos dedicar a cada una de ellas, deberíamos preocuparnos de no hacer coincidir nuestras evaluaciones con las semanas de evaluación del IES, porque los alumnos son sobrecargados en este momento. Para conseguir esto deberíamos por ej. evaluar cada unidad didáctica por separado. Este tipo de enfoque no da  mucho espacio a la recuperación. Yo pregunto si y como da lugar a que un alumnos pueda recuperar un suspenso obtenido en una U.D. El profesor me dice que no hay que confundir aprender con aprobar. Es el profesor el que decide si aprobar o no un alumno, pero aprender es una cuestión distinta y el opina que es difícil que un alumno aprenda lo que no ha aprendido/querido aprender durante el año con un examen de recuperación de fin de curso o peor aun de septiembre. Yo me acuerdo de una conversación que tuve con mi tutor esta mañana a propósito de unos padres que han ido a hablar con el sobre la evaluación de su hijo y el me comentaba que hoy en día es muy difícil que los alumnos y los padres acepten la frustración de tener una nota baja en alguna asignatura porque ya no hay cultura del esfuerzo para conseguir algo. Y además me estaba hablando de los problemas legales que puede suponer suspender un alumno.

Volvemos al tema de la elección de los tiempos, otra cosa muy importante es ser capaz de “podar” contenidos reduciendo la materia a una serie de preguntas esenciales que deben ser respondidas (aprendidas) por todos los alumnos. Para conseguir esta capacidad lo primero es conocer a fondo la materia. Pero además un proceso útil a tal objetivo es dividir la materia en  no más de 10 unidades y dividir las unidades en algunas preguntas clave como por ej.
EL TEMA DE LAS FUERZAS:
Responder a las siguientes preguntas nos daría la idea de si un alumno ha entendido o no los conceptos:
1) que es una fuerza
2) puede existir una fuerza aislada (una sola fuerza)?
….
Otro buen método es usar los resúmenes o mapas conceptuales que vienen en los libros al final de cada U.D. y podar a partir de allí.
Un alumno, pregunta porque nadie, con tantos cambios de ley que hubo, decidió uniformar las U.D. para recortar contenidos. 

Un esquema de una U.D. podría ser algo parecido  lo siguiente:


 

  
Donde las líneas horizontales representan las preguntas fundamentales, o contenidos mínimos y las flechas verticales las 8 competencias básicas que habría que desarrollar para poder responder a estas preguntas.

Que pueden ser estas preguntas? Normalmente deberían ser cuestiones que respectan a la vida cotidiana y que no estén desenlazadas de la realidad, y además deberían ser cuestiones importantes desde el punto de vista científico.

El aprendizaje de las ciencias supone que el alumno va entretejiendo una red con las competencias básicas y los contenidos mínimos. Unos sin otros se caen por si solos. Podríamos decir además que el peso de una u otra parte debe estar proporcionado aunque nunca hay que perder de vista ambos niveles. De una unidad a otra la parte vertical de las competencias se mantiene lo que nos permite volver a trabajar aquellos aspectos que necesiten refuerzo.

La aplicación de este método, te obliga como profesor a fabricar materiales dedicados a tus alumnos, porque el libro en este enfoque se convierte en una herramienta vacía de todo el entramado competencial y cargada de contenidos muchos de ellos prescindibles.
Por ejemplo, lo que seria ideal seria darle estos materiales “a medida” y luego usar el libro para complementar o profundizar alguna cosa.

Lo ideal sería que cada alumno pueda tener un cuaderno digital que vaya rellenando cada día de clase, este tipo de trabajo desarrollaría las competencias relacionadas con el uso de las TICs. De esta forma no se dejarían las competencias todas para el final de la unidad didáctica.


Otro argumento tratado en clase es a propósito de la autoevaluación de los profesores y del continuo construir y cambiar la didáctica en función del alumnado. A tal propósito el profesor lleva el ejemplo de la filosofía oriental por la que los templos están construidos para que dentro de uno o dos siglos no quede rastro de ellos, esto va en contra de nuestra filosofía occidental para la cual las cosas tendrían que ser poco menos que eternas. El mensaje en este caso es que hay que moldear contenidos y métodos de año en año y autoevaluar si estos contenidos y estos métodos funcionan o no.  Es importante dar ejemplo a los alumnos cuando se les presenta un nuevo argumento, por lo tanto una buena forma de comenzar un argumento podría ser la de proponer  problemas. Si las respuestas a estos problemas coinciden con las líneas horizontales de nuestro esquema y los mecanismos que los alumnos usan para alcanzar estas respuestas coinciden también con las líneas verticales de nuestro esquema, entonces hemos acertado, y nuestra labor como profesores ha servido para producir un aprendizaje significativo. 

viernes, 11 de abril de 2014

Necesidad de innovar para mejorar.

He encontrado una página con interesantes reflexiones  INED21

En ella apuestan por el realismo pedagógico. Un interesante punto medio entre las teorías pedagógicas y el inmovilismo en el aula.

Por ejemplo la reflexión titulada "ángulos ciegos de un docente". 

O esta otra bastante ilusionante  "abrir una puerta, este oficio fascinante".

En la misma página recogen varfias charlas de los seminarios TED. En uno de ellos el profesor
Geofrey Canada explica de una forma entre divertida y enojada la necesidad de innovar en educación.


Nos vemos en la Universidad el Miércoles.


miércoles, 9 de abril de 2014

Un interesante artículo para discutir en clase.


AUTOR INVITADO: MARIANO FERNÁNDEZ ENGUITA, catedrático de la Universidad Complutense y sociólogo especializado en la educación.

Es un lugar común en las conversaciones entre y con profesores la idea de que no gozan del apoyo ni del reconocimiento adecuados, sea en términos materiales (remuneración, condiciones de trabajo, recursos, autoridad) o simbólicos (prestigio, reconocimiento, imagen pública). Para sustanciarlo siempre hay disponible un stock de anécdotas sobre el-caso-del-compañero-al-que-le-sucedió-esto-o-lo-otro, lo que desde luego no es difícil que ocurra, con cerca de 700.000 docentes y más de 8 millones de alumnos. Sin embargo, como he mostrado en otros escritos (remito a entradas recientes en mi blog o en el blog del INEE, así como a un par artículos anteriores en Revista de Libros y en Papeles de Economía y a una comunicación al Congreso de Sociología, para no repetirme), cuando pasamos de las anécdotas a datos más sistemáticos recogidos mediante estadísticas y encuestas, el panorama es enteramente distinto.
De hecho, una encuesta tras otra muestran que el profesorado goza de un elevado prestigio.
Los estudios generales dedicados a comparar el prestigio de las profesiones colocan siempre a los docentes en un rango medio-alto, mejor que el de la mayoría de los grupos profesionales. Así, por ejemplo, desde un viejo estudio del CIS en 1996 hasta el más reciente de ASP en 2013, cuya comparación también indica que no ha caído en casi 20 años. Las preguntas al respecto incluidas en encuestas específicamente centradas en la educación, sea entre los padres de alumnos (Encuesta Fuhem 2005) o entre la población general (Barómetro de Julio 2005 del CIS), dicen exactamente lo mismo.
Y sondeos de ámbito europeo sobre confianza en las profesiones, como el European Mindset de a FBBVA o el Trust Index de GfK, también, e incluso mejoran la percepción de la docencia respecto de otras profesiones, colocándola en cabeza con médicos y bomberos, y sitúan a los docentes españoles mejor que a los de otros países. Incluso una reciente encuesta de ADECCO añade que, pese a tanta queja, son los más felices en su trabajo, en esto incluso por delante de los adorados bomberos.
¿Qué es lo que falla, entonces? ¿Cómo se compagina esto con el aparente pesimismo de muchos docentes o con el catastrofismo de que hacen gala sus organizaciones, desde las habituales demandas de dignificación de la profesión docente, pasando por la financiación de pseudoestudios sobre violencia en las aulas, hasta montajes publicitarios como un autodenominado Defensor del Profesor?
Reunión Padres 2
Permítaseme señalar algunos factores, en una tentativa de explicación.

1. Un primer cambio radica en que el profesor tiene hoy una formación similar y equivalente a la de hace una, dos, tres, cuatro generaciones, pero la formación de la población ha aumentado de manera espectacular y lo va a seguir haciendo. El profesor sigue y seguirá encontrando alumnos procedentes de familias con muy escaso capital cultural y escolar, pero también otros, cada vez más abundantes, con un capital familiar igual y superior al suyo.
En España cunde la idea de que el padre-problema es ese que no apoya los estudios del hijo o que entra en la escuela como un elefante en una cacharrería, pero esta es una visión discutible. Hace ahora tres años, en Tokio, entrevisté a unos profesores y, al preguntarles por su relación con las familias, me dijeron algo que me sorprendió oír de su boca (de boca de la intérprete, para ser exactos), pero me pareció más sincero y acertado: lo que les inquietaba no era eso, sino la familia de alto nivel cultural y académico que podía cuestionar en cualquier momento lo que ellos decían a sus alumnos (también es cierto que Japón es una sociedad de base más homogénea y alumnos más disciplinados, pero es que los profesores lo son mucho más).
La confianza de los padres en los profesores es alta y no ha disminuido –yo diría incluso que es apriorísticamente excesiva, que tiene un punto de síndrome de Estocolmo, que confían porque necesitan hacerlo para estar a gusto consigo mismos–, pero ya no es un cheque en blanco.
En contra de lo que a veces se afirma, llegado el caso, los padres no dan crédito inmediato a las quejas escolares de los hijos, sino todo lo contrario. Pero la actitud de sumisión incondicional ante el profesor –aquello de: "Usted péguele, señor maestro, o dígamelo y ya lo haré yo"– ha pasado a la historia y, cuando los padres ven llegado el momento de protestar por algo, están en mejores condiciones de hacerlo que antes.
2. Un segundo cambio importante tiene que ver con la propia estructura de las escuelas. Los profesores detectan fácilmente, con razón, el deterioro de su autoridad sobre los alumnos, particularmente sobre los de más edad y menor vocación académica, pero no hacen lo propio con el deterioro de la autoridad de los directores, los inspectores o –perdón por la redundancia– las autoridades educativas.
En el sistema escolar español puede decirse sumariamente que los directores no dirigen, los inspectores no inspeccionan y las autoridades han perdido mucha autoridad. Si los directores no dirigen es, en gran medida, porque el propio profesorado ha querido y sabido librarse de su autoridad, fomentando la llamada dirección participativa (elección del director, de hecho, por y entre los profesores), que convirtió a España casi en una excepción planetaria y porque el funcionariado es inamovible.
Pero una consecuencia de esto ha sido la desaparición de una instancia a la que remitir los casos más complicados de disciplina, lo cual ha puesto al profesor en la difícil posición de ser a menudo juez y parte, lo que a la larga, lejos de fortalecer su autoridad, la mina de forma inexorable, dado que no puede recurrir a la fuerza.
Los inspectores han pasado de ser un temido control a ser simplemente parte del paisaje, lo que no es sino un aspecto más de la falta de mecanismos eficaces de rendición de cuentas por profesores y centros tanto ante las autoridades como ante su público.
Y las autoridades educativas se ven cada vez más cuestionadas en todos los terrenos, no importa que se trate de la distribución de recursos, la determinación de horarios y calendarios, la presencia de símbolos públicos en las escuelas, las evaluaciones externas... y quien más agriamente las cuestiona es el propio profesorado. Lo extraño sería que todo lo que estaba por encima del profesor se derrumbase y, al tiempo, se viera fortalecida su autoridad sobre lo que queda por debajo.
Profesor 1
3.
Un tercer cambio es todavía de mayor calado, aunque sus efectos sean menos visibles inmediatamente. La escuela, sin más, va perdiendo atractivo en la sociedad de la información. Lo que antes era para muchos la única ventana al mundo más allá de un entorno y una experiencia muy limitados, constituía una vía segura, aunque esforzada, hacia la movilidad social para quienes apostaran por ello. Era el lugar natural del saber y del aprendizaje. Pero hoy, en esta sociedad digital, global y transformacional, ha dejado en buena medida de serlo.

La ciudad y la red proporcionan mil vías de acceso a todo tipo de información y conocimiento, con frecuencia en forma bastante más atractiva y sin exigencias. La educación se ha visto reforzada como condición necesaria para alcanzar una posición social deseable, pero al mismo tiempo se ha visto debilitada como condición suficiente.
Para los alumnos no es de ninguna manera obvio que estén empleando su tiempo en los aprendizajes más necesarios, ni que lo estén haciendo de la mejor manera posible, y es difícil convencerlos de ello, lo que se traduce en malestar.
La consecuencia de esto, combinado con el carácter forzado, obligatorio (12 años) y cuasi obligatorio (otros tres más antes y otros dos, al menos, después), de la escolaridad, es que los centros, sobre todo los de secundaria, cuando los alumnos van creciendo y pensando ya por cuenta propia, se convierten en ollas a presión, una presión cada vez mayor. Y los docentes se ven agitados como los tapones que son de sus válvulas.
Pero hay que entender que son gages del oficio o, al menos, que no habría tanta gente en el oficio –incluidos, quizá más que ningún otro, los más quejosos–, si no fuera por ese carácter obligatorio y expansivo de la institución que absorbe y retiene a los alumnos menos dispuestos. No se puede tener todo.

Por último, no cabe ignorar la función instrumental de tanto lamento. Así como entre los actores se ha puesto de moda celebrar lo felices que se sienten de que les paguen por hacer lo que les gusta (bien es verdad que a algunos les pagan muy, muy bien), entre los docentes parece que la moda es la contraria. Sin embargo, se mire como se mire, el de docente es un empleo relativamente bien pagado (para los escépticos, baste un informe europeo), con unas condiciones de trabajo extrínsecas que el resto de los mortales considera envidiables (ya saben: vacaciones, festivos, horario, autonomía...) y con un atractivo intrínseco que la mayoría de otros empleos no tienen (es más motivador y gratificante tratar con personas, en particular educar a niños y adolescentes, que despachar pescado, cambiar neumáticos o hacer anotaciones contables, creo yo).
Ahora bien, como reza el viejo dicho gallego, o que non chora non mama. La descripción catastrofista de la situación del profesorado es una herramienta útil a la hora de reclamar mejoras, sean justas reivindicaciones o privilegios de difícil justificación, y los sindicatos docentes, que lo saben bien, suelen ir tan lejos como pueden.
De ahí ese contraste entre el discurso apocalíptico que predomina en la opinión publicada, que es la que manejan las fuerzas organizadas y los actores más empeñados, y la opinión pública, que es la que expresan las encuestas, aun con todas sus limitaciones, mejor que ningún otro instrumento.


Nota sobre el autor
Mariano Fernández Enguita es sociólogo y catedrático de la Universidad Complutense. Lo fue antes en la Universidad de Salamanca, en donde dirigió el Departamento de Sociología, el Centro de Análisis Sociales y el Centro Cultural Hispano-Japonés. Creó el portal docente Demos y el de innovación Innova.
Es un autor de referencia en España y a nivel internacional. Aquí podéis ver sus publicaciones: una veintena de libros y tres centenares de artículos. Actualmente investiga sobre la profesión docente, y sobre aprendizaje y escuela en la era informacional. 
Podéis visitar su blog Cuaderno de Campo. También podéis seguirlo en Twitter (@enguita) o en su perfil de About me.
El pasado 13 de febrero publicó también en este blog un artículo sobre la organización temporal en la educación titulado El tiempo (escolar) todo lo arruina





Además del clásico editorial sobre el informe PISA.http://elpais.com/elpais/2014/04/02/opinion/1396463344_858352.html

martes, 8 de abril de 2014

Experiencia en el cole

Llevo tiempo con esta historia en la cabeza. Fue algo que sucedió durante la primera semana en el Colegio Verdemar que me hizo pensar que en este centro han conseguido crear en los alumnos un verdadero sentimiento de pertenencia, un sentimiento de grupo. He de decir que no es algo puntual, después de varias semanas hablando con los alumnos he corroborado que es así como lo sienten. Incluso puede observarse en los alumnos de 4º de la ESO (último curso impartido en el colegio) cierta melancolía al explicar las actividades del centro, que resumen rápidamente con un "son las cosas del Verdemar".
Fue el 28 de febrero el día elegido para celebrar el Carnaval en el colegio. Cada año los alumnos de 4º de la ESO (también los de PDC) organizan la fiesta para los alumnos de Primaria y estos invitan a los de Infantil para que disfruten con ellos. Ningún docente los ayuda, lo único que hacen el día de autos es observar que todo suceda con seguridad. Los de 4º se organizan en grupos, discurren actividades que puedan ser atractivas para los pequeños, buscan el material, los disfraces y solicitan el recinto o aula necesarios. Verdaderamente se sienten responsables e importantes en este día; tanto, que se permite a los repetidores de 3º de la ESO que falten a las clases esa mañana para poder organizarlo con sus compañeros y que no se sientan apartados de su grupo.
A las 9:30 de la mañana todo está preparado porque los de Primaria llegan. Los más mayores llevan de la mano a un niño de Infantil que será su responsabilidad el resto de la mañana, ya que juntos irán disfrutando, una a una, cada una de las actividades que han sido preparadas para ellos. Lo difícil: saber cuál de los tres grupos se lo pasa mejor.


Todas las actividades eran muy divertidas pero mi favorita fue el "1,2,3... 007". Al entrar en el patio de columnas los niños eran conducidos a punta de pistola hacia el fondo. Para liberarse debían llegar al otro extremo sorteando obstáculos y sin que el espía se percatase de ningún movimiento. Vamos, el típico "1, 2, 3... escondite inglés" pero mucho más elaborado.

lunes, 7 de abril de 2014

El miércoles en el IES

Vamos a hacer una última visita a los laboratorios del IES.

Como siempre nos vemos a las 4.30  !Prometo no olvidarme!

podemos proponer prácticas alternativas pero siempre sin olvidar cual es el propósito de ir al laboratorio. Podemos recordar la página o páginas de la página web.

Yo propongo 3 experimentos:

1. ¿Podemos fabricar lágrimas artificiales?
2. ¿Que carga podemos poner en un vaso de precipitados para que el agua llegue al nivel 200 cm3?
3. ¿Qué ocurre cuando se calienta la levadura química?

Buscar información - Realizar el experimento- Posibles aplicaciones.